
Cuando el gobierno federal, de la mano de la Asociación Mexicana de la Industria Automotor, anunció la creación de un programa de deschatarrización, a semejanza de programas que en Brasil y EE UU funcionaron con mucho éxito. todos aquellos que estamos relacionados con esta industria pensamos que era lo mas inteligente que en cuestiones automotrices el gobierno había hecho.
Al día de hoy, las cifras nos hablan de un fracaso rotundo de este programa.
La idea, en escencia, es buena, pero pésima en su aplicación. El subsidio que el gobierno ofrece por unidad con diez años o más de vida, de $15,000, se puede incrementar, dependiendo de la marca, hasta los $55,000.
Hasta ahí, todo es perfecto. El problema llega cuando te piden, para recibir tu chatarrita, que esté al corriente en tenencias, verificaciones, que estés al corriente con tus impuestos, y otra serie de requisitos que caen en lo ridícul0.
Imaginemos al dueño de un Taurus 92, el cual ya está hasta la madre, de meterle dinero a la sensacional caja de cambios que monta dicha unidad.

Pero, nuestro amigo no tiene tenencias, ni siquiera las que si pagó, el carro está muy lejos de aprobar una verificación, y en la agencia le dicen que ponga en orden todos esos asuntos y entonces, tal vez, puedan recibirle la nave. Por lo cual, esta unidad, regresa a circular con todos los inconvenientes que esto conlleva para su dueño y el entorno.
¿En qué jijos de la tostada estaba pensando el genio economista que diseño dicho programa? ¿No sabe que en nuestro país la cultura del cumplimiento fiscal es muy pobre? Y aún mas pobre en los sectores de la sociedad a los que pertenecen la mayoría de los propietarios de los automóviles a los que iba dirigido dicho programa. Este programa debía de ir acompañado de un borrón y cuenta nueva. La factura del coche y una investigación de la agencia sobre la legalidad de dicho auto y punto. No se dieron cuenta estos imbéciles de la secretaría de economía, que al intentar ganar estas tenencias, mínimas por cierto por la edad de los autos, dejaron de recibir el ISAN, IVA y las posteriores tenencias de todos los autos nuevos que no se vendieron por lo complicado del programa. Dan la impresión que solo crearon este programa para poderles cobrar a todos aquellos morosos y no como una ayuda para la industria automotriz.

Si siguen disponibles ese titipuchal de millones de pesos para este programa, por favor, eliminen todas las trabas que conlleva y dejense de pendejadas. Pendejadas del tipo que ponen a México muy lejos de Brasil, país que esta recibiendo una Copa del Mundo y unas Olimpiadas, mientras nosotros salimos por la puerta trasera retirando nuestras candidaturas a dichos eventos.
Mientras las chatarrizadas neuronas de estos genios burócratas sigan determinando las políticas industriales, lo único que nos quedará es ver como la industria automotriz mexicana se convierte en eso, en chatarra.