Tacones de aguja (Pontiac Solstice GXP)

El otro día acompañé a mi mujer a comprar zapatos. Aunque parezca extraño mi mujer no es super fanática del calzado. Claro que tiene más pares de los que creo necesarios, sobretodo si tomamos en cuenta que para mi 3 es más que suficiente y 4 pares de zapatos ya es un exceso.

Otra cosa curiosa que tiene mi mujer es que los zapatos con tacón no le gustan, los prefiere con la suela lo más plana posible. Esta vez no se por qué decidió que un poco de tacón estaba bien, me imagino por que quería zapatos algo formales, para bodas y cosas así.

Al final encontramos dos pares que se le veían muy bien y a pesar de la poca comodidad que unos zapatos de tacón pueden dar le gustaron bastante. Hay un par específico que parece busca pretextos para ponérselos, sin importar el dolor en los talones al final del día o los dedos aplastados.

Creo que así son la mayoría de las mujeres, no les importa la poca o nula practicidad que les pueden dar unos zapatos de tacón de aguja mientras que se les vean bien y les ayuda a mejorar su apariencia.

La verdad también así somos los hombres. No nos importa que tan poco práctico pueda ser un coche, si nos gusta buscaremos cualquier pretexto para usarlo. Justo en esa categoría de impractico pero adictivo entra el Pontiac Solstice GXP.

Lo primero que quieren saber de este coche es que el chasis fue desarrollado en conjunto con Lotus, y vaya que se nota. Es un chasis muy bien balanceado que nos da un comportamiento bastante neutral y con mucho agarre, pero empecemos con lo… incómodo.

El interior no nos deja ni por un segundo olvidar que es un Pontiac. Los plásticos son buenos pero nada maravilloso y el diseño es bastante parco, es demasiado gris por llamarlo de alguna manera, muy sin chiste. La posición de manejo óptima es fácil de encontrar a pesar del poco movimiento que tiene el asiento pero el habitáculo con el techo puesto es bastante claustrofóbico al principio, sobretodo por las pequeñas ventanas y por el túnel de transmisión que está entre los asientos.

Se nota que el Solstice es un roadster en toda la extensión de la palabra y fue concebido como tal por que con el techo puesto no se ve nada para casi ningún lado. Incluso cambiar de carril o estacionarse se convierten en maniobras algo complicadas.

El peor problema que tiene este coche es su total y absoluta falta de versatilidad. El espacio de la cajuela está casi completamente ocupado por el tanque de gasolina y no hay ni medio centímetro de espacio detrás de los asientos para guardar nada. El espacio es tan reducido que la consola central no tiene ningún lugar para poner objetos. Sólo tiene un porta vasos retráctil donde se puede poner algo pero si se usa ya no caben las piernas del ocupante, traducción: vieja o iPod.

Cuando se descapota el auto el problema de la poca visibilidad se soluciona, pero el espacio de la cajuela se va a la goma ya que lo poco que queda es ocupado por el techo de lona que se dobla en dos piezas. En serio no cabe nada más… nada, tal vez un rollo de papel de baño que terminará aplastado. Ahora que lo pienso se puede guardar el iPod, pero ese ya lo pusimos en el pequeño compartimiento que hay entre los asientos que es el único lugar donde guardar algo.

El problema no acaba ahí. Hay que bajarse del auto para quitar o poner la capota de activación manual, sobre todo para ponerla por que tiene un par de seguros en la parte de encima de la cajuela que hay que bajar para cerrarlo bien. Es un verdadero caos, quien diseño el auto eso es un completo imbécil. Jamás pensaron en la utilidad, solo en la estética.

Si llueve es un martirio por que hay que orillarse y hacer todo el show mientras te mojas. Si venías acompañado por una muchachota, para cuando solucionaste lo de la capota ella ya se fue con alguien que pasó en un Bocho por que seguramente tenía cosas más interesantes que contarle que el pésimo sistema convertible del Solstice, el cual estabas explicándole para que no pensara que el idiota eras tú, sino que el auto está mal diseñado.

Incluso el Mazda MX-5 que es más chiquito no sufre de todos estos problemas ya que tiene una cajuela decente donde hasta te caben las compras del supermercado. La versión con techo duro retráctil cuesta tantito menos que el GXP y en la versión con capota manual, que sí cuesta un cacho menos, te toma 5 segundos quitarla o ponerla sin levantarte del asiento del conductor, una genialidad de la ingeniería automotriz que no le da tiempo al wey del Bocho de bajarte a la vieja.

Pasando a la estética a mí me parece interesante. Se que parece una telera, pero sus curvas se me hacen atractivas y definitivamente tiene un estilo deportivo innegable. Es muy difícil no voltear a ver uno en la calle.

Se que todo pinta mal hasta ahora, pero hay que entender este coche por lo que es: un roadster deportivo de la más pura cepa. Cofre enorme, cajuela corta, motor delantero, tracción trasera y las nalgas a 5 centímetros del piso. La fórmula perfecta para horas y horas de diversión.

El motor es un Ecotec cuatro cilindros de 2.0 litros con 260 caballos de fuerza y 260 libras por pie de torque, eso lo convierte en el motor con más potencia específica de General Motors al entregar 130 caballos por litro. Dicho motor viene acoplado a una caja manual de 5 velocidades de recorrido corto y excelente relación entre marchas.

La entrega de potencia no es violenta pero sí contundente. Se mantiene desde las 2500 hasta las 6000 rpm empujando parejo, sensación que se mantiene incluso hasta rebasar los 200 km/h (no muy recomendable con el techo abajo).

Con el control de tracción puesto se siente que subvira un poco pero cuando lo desconectamos por completo, el GXP se convierte en un auto sumamente divertido el cual tiene mucho agarre. Cuando dicho agarre se termina la parte trasera se insinúa un poco pero se controla de manera fácil con el acelerador y el volante. La suspensión tiene una excelente puesta a punto con la suficiente firmeza para un manejo realmente agresivo en pista pero a pesar de eso absorbe increíblemente bien las irregularidades del pavimento.

El Solstice GXP es un excelente segundo o tercer auto. Todas sus inconveniencias lo hacen un auto que no se puede utilizar todos los días, pero hay pocas cosas tan divertidas para salir a dar la vuelta el fin de semana en un día soleado.

Es muy importante que si deciden adquirir uno se aseguren que sea el GXP. El Solstice normal de 170 caballos te hace preguntarte cómo le hicieron los gringos para hacer que un Lotus se sintiera gordo y lento.

¿Por qué un Solstice GXP y no un Mazda MX-5? Sobre todo si tomamos lo increíblemente impráctico que es el GXP y lo poco que lo usarás por eso.

Muy fácil, es igual que esos zapatos de tacón que sólo se ponen en las bodas, son incómodos pero les gustan, las hacen ver bien y hasta las divierten, esto es exactamente lo mismo.

Para quién no tenga mujer y no le haya agarrado a eso de los zapatos tengo otro motivo: ¡Doscientos sesenta caballos turbo con doscientas sesenta libras en mil trescientos cincuenta kilos! ¿Necesito decir más?

No importa, es italiano


La última vez que estuve en Italia, pude notar que sus tres grandes aportaciones al mundo en la actualidad son : Calcio, pizze e automobili.
El primero, debería de ser el octavo arte, de verdad que la Serie A es para disfrutar. Si bien no son los partidos más emocionantes del viejo continente por su escasez de goles, cada jugador hace su tarea, con un ballet no tan coordinado, pero efectivo. Al que le parezca bien, pero la Vecchia signora, La Fidanzata d'Italia, I bianconeri, es, y será el mejor equipo del mundo. Punto.
Del punto número dos, ¿Necesta más explicación? Sólo que hoy encontré la receta perfecta para la pizza: Pasta de hojaldre, salsa Ragú, muchísimo queso (combinación de Monterey Jack, Mozzarella y Parmesano) y el ingrediente favorito de cada quien. Lo llamaremos: Deep Dish Pizza Pie.
Y del tres, definitivamente se necesita más explicación, aun cuando las marcas italianas hablan por sí mismas. ¿Las recordamos?: Alfa Romeo, Ferrari, Fiat, Lancia y Maseratti. Por eliminación, vamos a dejar a Alfa, Ferrari, Lancia y Maseratti fuera. Ya tendremos oportunidad de analizarlos con todo y su orientación pasional, sus fallas infinitas, sus locos diseños y demás pros y contras. Claro que ninguna de esas marcas está posicionada oficialmente en México.
Hablemos de la que sí lo está.
Fiat: Fabbrica Italiana Automobili Torino, fundada el 11 de julio de 1899. Nos vamos a saltar más de 100 años para llegar al último, nuevo, mejorado y asombroso Bravo. Bien hecho, Fiat.
Es un compacto, hatchback de cinco puertas, que cuesta $259,900 pesos. ¿Parece mucho verdad? pues no lo es, si tomamos en cuenta que de todos, repito, todos los compactos "familiares" (si la familia de uno es de chaparritos) es el mejor equipado. Si me preguntaran a mí, en ese rango de precios hay dos autos más que valdrían la pena mirar antes de decidir: el nuevo Mazda3 hatchback, que a comparación del Bravo con todo y su zoom-zoom se queda corto en diversión y tecnología, y el A3 1.4T, que si bien es un A3 en toda su extensión, es el más austero de la gama, lejos de contar con los gadgets del italiano.
El Bravo tiene tela tornasol, quiere ser un mini-Alfa, le colocaron parrilla de Maseratti y de hecho, se parece mucho al nuevo MiTo.
Cada vez que me subí, me sentía vestido de saco casual Armani, con cinturón Fendi y mocasines Ferragamo...que no es mi estilo. Cada cambio de velocidad es emocionante, y no por el desempeño, la emoción proviene del sentimiento: ¿Será este su último "cluthchazo"? Los que saben de lo que estoy hablando, me entenderán.
Entonces, tenemos un auto aspiracional, un tanto metrosexual -no me importa, lo quiero-, muy pasional, y probablemente no tan confiable (basándonos en la historia automotriz de Italia, pero el Bravo, merece el beneficio de la duda), ¿y qué? todo está justificado, es italiíanssimo, puede ser pretencioso, medio mamón, un cuarto homosexual y potencialmente nos dejará tirados en el peor día de nuestras vidas. Vale la pena cada uno de sus defectos.
Si quiero que mi auto compense el tamaño pequeño de mi pene, creo que BMW es la opción. Si lo que quiero es que refleje que mi estilo de vida es de hacer yoga, tener 2 blackberries, nunca quitarme mi bluetooth de la oreja, recordarles a todos que vivo en un loft recién construído en la Condesa y que no puedo vivir sin mi MacBook, Audi es lo que estoy buscando.
Pero el Bravo, habla bien de mi buen gusto, de que aspiro a tener un 599GTB Fiorano para los fines de semana algún día y que además no tengo que vivir a dieta, ser vegetariano ni vivir adolorido de las sesiones diarias de gym. Eso es Italia, eso es diseño, eso es ser un poco naco, pero muy primermundista.
Aplausos al Bravo, que me hizo disfrutar toda una semana de conducción, con buenas prestaciones, bajo costo y alto auto estima.

¿207? Compact


Existe una extraña inclinación por las marcas establecidas en México para tener cubiertos todos los segmentos del mercado automotríz con uno o más modelos, aún cuando éstos no sean realmente competitivos.
Ejemplos de esto hay varias muestras, pero creo que la más representativa, por el daño casi mortal que le está causando a Peugeot en México, es el 207 Compact.
El costo de importar un vehículo de manera competitiva desde Europa se vuelve casi prohibitivo debido a la actual cotización del Euro frente al peso. Ante esto, lo mejor que se le pudo ocurrir a Peugeot de México para cubrir el segmento de subcompactos, en el que tanto éxito tuvo con el 206, fué traer de Sudamérica este mismo modelo, con maquillaje de 207 y todas las linduras que ya hacían del 206 un vehículo obsoleto y francamente malo.
No es, ni de lejos, un 207, ¿¿¿¿¿como se atrevieron a llamarle así?????. ¿¿¿¿Y el precio????. Tampoco es lo suficientemente barato, para justificar el no traer el verdadero 207 por el precio del Euro. En la página de Peugeot de México, aparece un precio de $184,000 en pago de contado para un 207 turbo, importado de Francia, mientras que el precio de lista del 207 Compact Sedán, argentino, en su versión Feline es de $194,900. Si un 207 turbo puede ser mas barato que un 207 Compac, aunque sea su versión más equipada, surge la pregunta, ¿Cuál es la justificación de Peugeot para no traer el 207 francés en todas sus versiones?
En los 90´s, cuando Peugeot introduce en el mercado mexicano el 206, fue un éxito inmediato por la relación equipamiento-precio que ningún otro subcompacto de entonces ofrecía. Con los años, la evolución del 206 se vio disminuida ante la competencia al no contar con un servicio de post-venta de calidad: las agencias en México no contaban con stock de refacciones, obligando a los propietarios a esperar hasta 3 meses para un servicio completo del vehículo. Las quejas por fallas mecánicas, especialmente los frenos y la bomba de gasolina, fueron en aumento. Aun cuando se corrigió el problema de las refacciones con un almacén que garantiza la entrega de cualquier refacción en un máximo de 24 horas, el paso de los años y la aparición de otros modelos subcompactos con excelente relación valor-precio hicieron que el 206 dejará de ser opción en este, el segmento de mayor volumen en México.
La solución lógica a esta baja en ventas era el cambio generacional de 206 a 207. Pero Peugeot decidió ir contra la lógica y creyendo que al consumidor mexicano se le pueden vender espejitos decidió disfrazar al 206 con el frente del 207 y venderlo como un automóvil nuevo. Fuera de algunas mejoras en la gestión del motor y en el ajuste de las suspensiones, además de los cambios estéticos comentados, es un 206. La misma gata, leona en este caso, pero revolcada.
Esta versión sedán “Feline”, con cambio automático, no es lenta. ¡¡¡¡¡Es una Tortuga¡¡¡¡¡. Aún con el botón sport, es increíble el trabajo que le cuesta a este conjunto motor-transmisión mover decentemente al auto. Este esfuerzo se ve reflejado en un consumo de combustible de sedán mediano de 6 cilindros.
Rodando por encima de 110 Km/Hr. el vehículo comienza a perder adherencia en el eje delantero, dando la sensación de no obedecer a las órdenes del volante. En frenadas mas o menos fuertes, es muy fácil perder la trayectoria.
Un ejecutivo de Peugeot de México me comentó alguna vez que este vehículo sería la línea de salvación de la cual se sostendría la compañía para mantenerse en el país y de ahí generar un fortalecimiento general de la marca. Al contrario de esto, creo que el Peugeot 207 Compact es la puntilla en el camino de salida de la marca en México.
Ojalá esto sirva de ejemplo a todas las marcas establecidas en el país para que no vuelvan a considerar al consumidor mexicano como un consumidor ignorante al que se le puede vender cualquier cosa. Y también, si el mercado no les permite introducir productos competitivos por cuestiones de tipo de cambio, es mejor no tener cubierto algún segmento a vender vehículos incapaces de competir.

Au revoir Peugeot

Eclipse total... ¿del corazón?

¿Por qué traducen las canciones? ¿Qué no saben que cuando alguien escribe en cierto idioma busca que la rima y el verso tengan sentido en esa lengua?

Hay pocas cosas que odio tanto como las canciones cursis traducidas. Detesto las versiones de Brian Adams y de Bon Jovi en español. Si querían cantar en español hubieran escrito algo en ese idioma, o por lo menos conseguido a alguien que les escribiera algo nuevo, no traducir su apestosísimas rola que aparte pondrán una y otra vez en diversas estaciones de radio para que al final hasta existan versiones en pasito duranguense y música andina de rolas como Eclipse total del corazón… mai.

Es una muy mala idea tomar algo tal vez no tan bueno pero aceptable, y echarlo a perder de esa manera tratando de cambiarlo para que alguien más se sienta atraído. Si el concepto original iba dirigido a cierto público, el hecho de cambiarle algunas cosas no hará que sea un buen producto para otro segmento.

Algo parecido le pasa el nuevo Mitsubishi Eclipse. Para 2009 dicho automóvil sufrió un re-styling que la verdad no estoy seguro si le viene muy bien. Cambiaron la parrilla por una un poco más grande que no se ve del todo mal, el problema empieza con las nuevas fascias, los faldones laterales y el ridículo alerón trasero de tendedero que tiene.

El diseño anterior era un auto bastante moderno con un estilo atrevido pero bien logrado, basado completamente en la forma de una gota de agua. Cuando esa generación del Eclipse llegó al mercado gustó mucho gracias a su estética agresiva.

Lamentablemente no tuvo el éxito que la marca esperaba debido a su falta de potencia en comparación con la competencia, y más aun por como se veía. Uno esperaba que un coche que se viera así fuera igual de rápido que el Mach 5 pero lamentablemente nunca pasó. Los ejecutivos de Mitsubishi sabían que tenían que cambiar algo para aumentar las ventas y lo hicieron, solo que en lugar de cambiar lo que se necesitaba pareciera que entraron a la catafixia y escogieron la puerta equivocada.

En lugar de hacer mejoras a la parte mecánica decidieron cambiarle la estética para hacer que pareciera aun más rápido, esta vez no por medio de la aerodinámica, sino por medio de una estética que se asemeja a lo que usan los muchachos que arreglan sus coches para que sean más rápidos, vulgarmente llamados ricers cuando el auto en cuestión es japonés.

¿Por qué querría comprar un coche que parecer ricer pero que ni siquiera se mueve como uno? Por que la mecánica está intacta, sigue teniendo el mismo motor V6 de 3.8 con 263 caballos de fuerza el cual es muy bueno, en serio, pero no empuja lo suficiente en un coche como el Eclipse. Y para rematar es de tracción delantera por lo que todo el peso está en la punta del auto.

El comportamiento del coche también sigue siendo igual, con tendencia clara al subviraje aunque fácil de controlar, predecible y con muy poco body roll.

En el interior tampoco cambió nada, tiene los mismos plásticos de calidad aceptable y sigue siendo estéticamente plano. La verdad no tiene como que gran chiste, creo que es demasiado gris.

La verdad el Eclipse era un coche que fallaba en algunos departamentos los cuales uno esperaba corrigieran con el nuevo facelift, pero parece que lo único que les importó fue que pareciera “más para chavos” o algo así.

Hay muy pocas cosas en las que gastaría 340 mil pesos, y un Eclipse que ni siquiera tiene entrada para iPod no es una de ellas.

Al final el Eclipse peca de morder más de lo que puede masticar. Probablemente si tuviera el motor del Evo con la tracción integral no sólo no me molestaría el alerón y el color amarillo con el que lo promocionan, seguramente pensaría que se ve bien.

Este coche es Eclispe Total del Amor por Yuridia cuando podría ser Total Eclipse of the Herat de Bonnie Tyler, ninguna de las dos es una super canción, pero por lo menos la original se ha vendido a lo bestia por muchísimos años.

Maxima con ganas, sin resultados.

Esto sucedió hace un año: Máxima Decepción (gracias, Emperador).

Nissan sigue luchando por parecerse a Infiniti, pero todavía no lo logra. En México, dicha marca nipona de lujo desapareció hace ya varios años y estuvo a punto de regresar en 2008. Pero los conflictos económicos globales lo impidieron.

Lo que no ha cambiado: la Selección mexicana de futbol, las películas de Shyamalan, las series de J.J Abrams y Bruckheimer y la paridad del peso, siguen siendo decepcionantes.

¿El nuevo Máxima?, sí y no. En cuanto a diseño exterior, ha dado un paso agigantado, dicho diseño fue un proyecto estadounidense, del Centro de Diseño Nissan en California, y se nota. Es un auto enorme, roza los cinco metros de longitud, los dos de ancho y se siente aun más grande que un Mercedes Benz S500 o un BMW 750 Li, ya que estos dos ocultan sus dimensiones con un manejo ágil y balanceado. El sedán japonés es un vehículo de 1,650 kilogramos y tracción delantera. Saquen sus conclusiones.

Los datos: En México existen dos versiones con mínimas diferencias, Tracking y Sport ($441,200 y $460,000 pesos, respectivamente). Ambos cuentan con motor VQ35 V-6, 3.5 litros, 290 hp y 260 libras-pie de torque. Lo que los diferencía, son detalles pequeños: asientos deportivos, acabados interiores, volante de piel "prémium" y demás banalidades.

Lo primero que noté: El espacio, ufffff, metros cúbicos por todos lados, hombros, altura, piernas, cajuela, todo es amplio, más bien, enorme. La comodidad de los asientos y del auto en marcha. Bien, para eso está pensado.

Lo que cumplió mis expectativas: La potencia, el consumo (mis expectativas no eran tan altas), los cambios en el volante, fidelidad del equipo de sonido, el hecho de que (haciendo referencia al Emperador, una vez más) sea el "buque insignia", comparado, sólo, con otros modelos Nissan.

La larga lista de lo que esperaba encontrar, y después de abrir cada compartimento, presionar cada botón y navegar la computadora de viaje no encontré: (A aguantar la respiración) Sensor de reversa, conexión Bluetooth, entrada USB, espejos plegables automáticos, alumbrado en curva, encendido remoto, navegación GPS, luces de día, y un tablero más llamativo. Por esto no me refiero a botones difíciles de encontrar, pero o colocan más "juguetitos" o integran un sistema para controlar todos los que si tienen.

Lo compro por que: no llama la atención estúpidamente, debe de ser increíble para viajar, ¿quién dijo baches? con todo y los rines de 19 pulgadas, es suave y responde bien en las curvas, lejos de ser un deportivo, sí es de los mejores sedanes de lujo estilo americano que se puede comprar en pesos (que quede claro que esto excluye al Passat y los demás de las marcas europeas).

Odié: la caja CVT, comibinada con la altitud de la ciudad de México. Nota a todos los que utilizan este tipo de cajas: No vivimos en las planicies de el norte de este continente, al tener una geografía tan variada, la "super" CVT sólo logra hacer que el peso del Maxima se asemeje al de un SUV muy grande, anulando por completo su propósito de torque continuo y disminución en el consumo. El interior, a-bu-rri-do. Que sea un vehículo totalmente aspiracional.

Conclusión: Si existiera una escala del 1 al 10, el Maxima 1992, era un 9, el 1997, un 7, el 2002, un 6, el 2007 un 4 y el 2009, un 6. ¿Recuerdan el HUD (heads-up display) del primer Maxima qué llegó a este país? Esos son los gadgets que Nissan debería haber mantenido en su sedán superior. Lástima. Mucho dinero, poco valor, muy bonito diseño, decepcionante interior. Queremos más Infiniti y menos Nissan, tratándose de un modelo así.

Además: No crean que el nuevo 370Z es la salvación de Nissan (por imagen, no volumen de ventas), también deja mucho que desear, pronto, estará por aquí.